miércoles, 30 de abril de 2014

Cena anti-estrés en El Almacén


Durante la semana, paso la mayor parte de mi tiempo en Sevilla ciudad, lo cual significa madrugones, atascos, mucho trabajo y bastante estrés. Si me hubieran dicho hace una década que yo acabaría buscando sitios más tranquilos y sosegados los fínes de semana, me habría reído a carcajada limpia. Pero lo cierto es que, aunque muchos Sábados y Domingo estoy haciendo cosas por Sevilla también, hay ocasiones que apetece desconectar y buscar algo más escondido y tranquilo.

 
El sitio del que os voy a hablar nació también bajo esa idea: es un restaurante a las afueras de Castilblanco, y, rodeado de césped y árboles,  forma parte de un complejo de casitas rurales encantadoras que suelen llenarse de los fínes de semana y en vacaciones de gente que huye del mundanal ruido y del ajetreo de la vida diaria en la ciudad. Para ellos está lejos de todo…para mí está cerca de mi casa, así que no puedo ser más afortunada!




 

Se llama El Almacén. Es un sitio pequeño, por lo que es mejor reservar mesa según qué fecha, con una decoración rústica: el salón comedor está presidido por una chimenea de leña  ( que en Navidad es una delicia) y salpicado con elementos rurales a modo de ornamentación:

 


 


 
 


A M y a mí nos encanta este lugar y estuvimos hace poco pasando una noche tranquila.
 
 
 

 

 

 
 
 

 



Cuando nos trajeron la carta, comprobé con regocijo que habían incorporado la tapa con la que participaron en la Feria de la que os hablé hace poco: Canelón de merluza y ambas con bechamel! Pero vayamos por partes, respiremos hondo, y disfrutemos de esos platos tradicionales como el jamón o el “pescaíto frito”, que en un sitio como este saben un poco mejor:
 
 

 

 
 


 

 

 

 

Y ahora sí, el canelón! (salivo cual perro de Pavlov al recordarlo)

 


 
 



 

Aunque lo más auténtico en un sitio como este, es pedir una pieza de carne jugosa y en su punto, como hizo M.

 


 

 



 

Y como lo prometido en otros posts es deuda, aquí va el postre. Uno para cada uno, y de paso para picotear en el postre del otro! Natillas y milhojas de merengue!
 

 
 


 

 

 

Hay un lugar para cada sensación y emoción, y para cuando el ajetreo del día a día en la ciudad nos sobrepasa, hemos bautizado a El Almacén como nuestro refugio anti estrés.
 
 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario