Tengo miopía desde mi
adolescencia así que mientras fui una niña e iba al colegio, tuve la suerte de
no ser una niña con gafas. Porque en aquel momento, llevar gafas en el colegio era
como que te pusieran la etiqueta de “pringadillo” directamente: niños menos
populares entre sus compañeros, con pocos amigos, objeto de burlas y bromas y
poco dados a las actividades y juegos físicos. Y para que voy a mentir, a nadie
le gusta pasar por eso.
En el instituto, cuando empecé
con la miopía, había compañeros que se afanaban en ocultar sus problemas
oculares tras unas lentillas, en plan aquí no pasa nada. He de reconocer que mi
miopía en aquel momento no era tan alta como para llevar las gafas de forma
permanente todo el día, así que eso les contestaba yo ante las preguntas
insistentes de porqué llevaba gafas en clase en lugar de lentillas….eso, y que
me da un repelús enorme eso de introducirme cosas en los ojos!
Creces, te vas a estudiar a otro
sitio, te haces mayor… Y estoy segura, segura y segurísima que uno o una de aquellos
niños/as que llevaron gafas durante toda su infancia en algún punto del
planeta, acabó una carrera de publicidad en alguna parte y lo ficharon para
trabajar en alguna firma conocidísima de complementos y ropa y , con esa
majestuosidad que define siempre a los planes de las personas serenas e
inteligentes, urdió su pequeña venganza: llenar el mundo de gafas.
Pero no de gafas cualquiera. No.
¿Habeis entrado en los últimos años en alguna óptica? Diseño, en estado puro.
Las gafas hace tiempo que dejaron de ser un artículo para ver mejor :ahora unas
gafas son una historia, un personaje o un momento histórico. Todas las gafas
bien puestas en la pared la óptica de turno, formando un mosaico con diferentes
colores y formas, te lanzan una pregunta: ¿Cuál de nosotras eres tú?
Yo me dejé preguntar la última
vez que estuve en una óptica, me probé unos cuantos modelos como si de un juego
inocente se tratara y la respuesta no pudo sorprenderme más: había una pequeña “gafapasta” dentro de mí. Me
había probado una de esas gafas oscuras de pasta, y de repente todo encajó. Mis
amigas intentaron quitarme la idea de la cabeza: que si unas gafas de pasta y
encima oscuras me iban a endurecer las facciones, que si iba a parecer más
mayor. ..Pero cuando siento que todo encaja de esa manera, no soy capaz de escuchar
a nadie. Y me las traje conmigo: Las
gafas de pasta de niña empollona que fui en el pasado y de chica un poco friki
y un poco hipster ( solo un poco) que soy ahora.
Y ahora voy por ahí con ellas, construyendo
mi personaje y creyéndome interesante y todo! Pero de eso se trata, de que
vivas tu propia historia, no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario