domingo, 13 de julio de 2014

La mala de la película


"You must remember this, a kiss is just a kiss…"

 

 


 

Todo se solucionará con un beso… pero no con cualquier beso. Todo se solucionará con el beso adecuado.

 

He de confesar que alguna que otra vez, cuando he tenido un mal día y  todo se ensombrece, he recordado el cuento de “La Bella Durmiente” y no he podido evitar sentir la más insana de las envidias por esa chica que un buen día se echó a dormir y se despertó tiempo después sin haber envejecido nada, sin haber movido un dedo y con la vida resuelta, príncipe con caballo incluído…

 
 
Creo que no tengo diosa interior, pero si la tuviera sería una especie de Mulan, porque en esos momentos parece que escucho a alguien decirme: Levántate y lucha! Que príncipe ni que narices! Y vuelvo a la Europa del siglo XXI, de donde nunca debí dejar escapar a mi imaginación.

Y sin embargo, no puedo evitar que algunos cuentos de hadas  siempre anden pululando por mi cabeza, con sus canciones, con sus castillos, con sus príncipes, y con sus villanos!




 
Los villanos, alabados sean y que nunca nos falten! En el fondo, son los mejores personajes de los cuentos y los que aportan la pequeña dosis de mundo real a tanta fantasía. El problema es que los villanos y villanas no tienen voz en estos cuentos y nunca se les escucha. Puede que pienses que sí, pero lo que hemos estado escuchando realmente  todo el tiempo es la voz del villano o villana a través del canto de sirena de  la princesa de turno. Y así no hay forma, el malo siempre será el malo. Además parece que a nadie le preocupa saber cómo llegó a ser así. O más bien, preocupaba.
 
 

Hollywood, bien por necesidad de renovar los cuentos de hadas y adaptarlos a los tiempos que corren o bien por carencia de historias más originales, se está empezando a preocupar por los villanos de toda la vida, y como si los hubiera hecho pasar por un exhaustivo psicoanálisis con diván y todo, nos trae películas como “Maléfica”: el Spin off de “La Bella Durmiente” con la mala de todas las malas como protagonista y que nos da una posible versión de los hechos que  ocurrieron realmente, más allá de la versión Disney que todos conocemos.
 



No puede gustarme más esa idea de que nadie es malo sin motivos, aunque te llames Maléfica, porque como se preguntaba Shakespeare, “que hay en un nombre?”:  Heridas que no hemos sabido cicatrizar, decisiones que no habíamos querido tomar, muros que hemos levantado a nuestro alrededor, cosas que hemos dicho de las que nos hemos arrepentido en otro momento…La vida misma.
 
 
 
 
 
 

Y al final  solo nosotros mismos, con la ayuda de alguien que confía en nosotros y nos quiere con todo lo bueno y todo lo malo que somos, saldremos de todo el entuerto. Como os decía al principio, un beso es la solución, pero necesitamos el beso adecuado.
 
 

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