sábado, 4 de octubre de 2014

Verano que no acaba


El verano no se quiere ir. Hace diez días estábamos con tormentas, con lluvia intensa ( o mantas de agua como me gusta llamarla a mí) y con mantita en el sofá y de repente…volvieron los 30 grados a medio día y el sol radiante. Todo había sido un espejismo! Pau Donés ya cantaba aquello de “…primavera que no llega…” pues bien, para los que me leáis desde otras latitudes, esto es un sentimiento muy parecido pero al revés. No voy a generalizar porque seguro que rápidamente muchos sureños me dirían NOOOO!, así que hablaré sólo por mí: Yo necesito ya nubes,  que el mercurio baje hasta los 18 grados por lo menos, ponerme unas botas con unos calcetines,  tomarme una sopa calentita por la noche, poder pasear por la acera donde da el sol sin abrasarme ( literalmente)…. Mujer/Hombre del tiempo, dadme una alegría!!!
Venga, dejaré de pedir cosas imposibles que escapan a mi control y me centraré en disfrutar de lo positivo del asunto como una buena chica, cuerda, madura y equilibrada…



Esta semana M y yo, aprovechando el buen tiempo (….) del que todavía disfrutamos por el sur aún en esta época del año (….) nos hemos hecho una ruta de unos 10 kilómetros campo a través, y es que después de las celebraciones cumpleañeras habían muchas calorías para quemar!

 
Elegimos en esta ocasión el Parque Natural de la Sierra Norte, en Sevilla, situado entre los municipios de Castilblanco y Almadén de la Plata.




 


Un sitio precioso como podréis ver en las fotos, y que le encantará seguro a todos aquellos amantes de las actividades al aire libre. Nada de ruido, nada de coches, solo campo hasta donde abarca la vista y quizás algún peregrino de vez en cuando, porque el famoso Camino de Santiago pasa por aquí.

 
 
 

 
 



 

Yo no soy demasiado campestre, por gustarme me gusta más lo urbano y la ciudad. Aunque mi pequeña parte campestre la tengo por herencia familiar y me sale a flote cuando vengo a este tipo de sitios: me empiezo a imaginar viviendo en mitad de la nada, asegurándome a mí misma que puedo prescindir de coches y móviles y huyendo de la vida cuadriculada… A quien pretendo engañar? Lo sé, no sobreviviría dos días seguidos! M en cambio, es una especie de "último superviviente”!


 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


A la vuelta de nuestra ruta, M y yo encontramos un mirador con unas vistas impresionantes de todo el entorno, sin duda mereció la pena la cuesta arriba!
 







 

 
 

 

 

Nos gustó todo tanto que para dentro de dos semanas ya estamos planificando nuestra nueva ruta y nos hemos marcado llegar solitos hasta Almadén de la Plata. Ya os lo contaré! Besos calurosos desde el sur!

 

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