Tal y como os avancé
en mi última entrada, el pasado fín de semana estuve de celebración
porque…¡fue el cumpleaños de mamá! Y como el cielo amenazaba lluvia a lo lejos,
no nos fuimos muy lejos de casa, y estuvimos almorzando en un restaurante que
nos encanta y al que nos une una conexión especial por motivos muy muy
personales. Pasamos un día de cumpleaños genial, zampando como no podía ser de
otra manera, y haciéndonos fotos.
La Hospedería de la plata, es un pequeño hostal de lo más
encantador, con un restaurante con una carta que quita el “sentío”, como dicen
por estas tierras. Es de esos lugares, donde te puedes sentar a desayunar junto a la chimenea en invierno, tomarte un
café en su terraza en primavera, o tirarte de cabeza a la piscina en verano…
Mamá, abuela, M y yo conseguimos una mesa junto a la venta,
porque a mí no hay nada que me guste más que conseguir la foto imposible, con
la luz entrando justo por detrás, y que me guste el resultado!
Y aquí está, mi entrante favorito de la Hospedería de la
Plata, el rulo de queso de cabra con
mermelada de arándanos!
mermelada de arándanos!
Dadme una mezcla de salado y dulce y no me lo pensaré dos
veces, ni dieta, ni anti dieta, ni nada!!!!! ¿Quién se podría resistir a esto?
Y lueeeeego
La tarta, de tres chocolates, casera y que no falte. Porque un
cumpleaños es un cumpleaños, es una vez al año, es el día especial del año (
con permiso del día de Reyes), y es la gran excusa!
¡Feliz cumpleaños mamá!
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