domingo, 26 de abril de 2015

Haciendo un Don Juan


Me encanta que los planes salgan mal. En serio. Yo siempre hago planes para todo, no lo puedo evitar, defecto de fábrica. Envidio con una envidia muy poco sana a todas esas personas que salen de sus casas rumbo adonde el viento les lleve. Porque para llegar yo a ese nivel de libertad sublime, necesito que el plan inicial que hice se tuerza y se vaya al traste…Y seré “ libre” por un ratito, podré improvisar sobre la marcha, podré aparcar la agenda en un sitio muy lejos... Antes de seguir aburriendo a todo el mundo con el funcionamiento de mi cabeza, y evitando dar información suficiente como para dar a  pensar que sufro un TOC (¡!) como una catedral de grande, os contaré que fue el hecho de que el ayuntamiento de Sevilla esté enfrascado en la remodelación intensiva y pre-electoral de la red de abastecimiento de la ciudad, lo que propició que la hamburguesería a las que queríamos ir M y yo hace unos cuantos Domingos estuviera cerrada por falta de agua corriente en la red pública… Dos foodies hambrientos de carne picada se miraron el uno al otro desde detrás de sus gafas de pasta de sol, presos del caos técnico del momento y de la hambruna! M, cual personaje de The Big Bang Theory, hizo el chiste de llamar a la puerta nombrando el nombre del local insistentemente tras dos knock knock…Pero nada podía hacerse ya, aquella hamburguesa no iba a ser para nosotros aquel Domingo.

-          Improvisemos – le dije a M – Seguro que encontramos otro que nos guste para comer y para bloguear!

Era un Domingo soleado y primaveral, con el centro de Sevilla lleno de gente, sobre todo turistas, y decidimos poner rumbo a la Giralda, zona guiri y de turisteo por excelencia. Como ya os he dicho tantas veces, en Sevilla por bares y restaurantes no hay problema, nunca se acaban!! Si tu plan falla siempre puedes sentarte en cualquier terraza a picar algo y relajarte viendo al mundo pasar y girar a tu alrededor. Y eso hicimos. Llegamos a un sitio que se llama Don Juan y nos sentamos en una mesita en la acera, con la Giralda justo detrás de nosotros, mientras nos acariciaba el solecito.
 



 

El camarero llegó a atendernos y a tomar nota de las bebidas que queríamos, y M aprovechó para entrar dentro del restaurante un momento, y yo para hacer fotos!
 

 

 

 

-          Levántate y vamos a sentarnos dentro – me dijo M cuando regresó a la mesa.

Que ni solecito, ni ver la vida pasar, ni gaitas. Que lo que había dentro no era bonito, era lo siguiente!
 








 










Y me sentí como Alicia ( en el País de las Maravillas) cuando entré allí, y ya mi dedo no pudo parar de disparar fotos por todas las partes.
 




 

 

 

¿Pero aquí a qué habíamos venido? ¿No éramos dos personas hambrientas que se habían quedado sin hamburguesa??? Camarero la carta por favor!
 
 

Para compartir, wok de verduras. Raviolis para M y risoto para mí. Y mientras tanto, déjenos seguir haciendo más fotos!!!





 
 


 
 







 
 

 
Os confieso que estuve toda la comida pensando en lo que tenía detrás, en todos esos vasitos pequeñitos de había visto de refilón al entrar, y que me llamaban a gritos.

 
 

 

Compartido, el pecado es menos pecado…no?
 
 

 

 

¡¡Tiramisú, espectacular!!
 




 
 
 
 

 

Acabé el domingo convencida de lo necesarios que son los arreglos pre-electorales en las ciudades, y como de un plan trazado con pelos y señales que se va al traste sale otro increíble. Pero tranquilos, esa hamburguesa de Burguett será nuestra muy pronto!!!

To be continued…
 
 
Don Juan
Calle Alemanes, 7, 41004 Sevilla
954 56 32 32
 

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