Me encanta que los planes salgan
mal. En serio. Yo siempre hago planes para todo, no lo puedo evitar, defecto de
fábrica. Envidio con una envidia muy poco sana a todas esas personas que salen
de sus casas rumbo adonde el viento les lleve. Porque para llegar yo a ese
nivel de libertad sublime, necesito que el plan inicial que hice se tuerza y se
vaya al traste…Y seré “ libre” por un ratito, podré improvisar sobre la marcha,
podré aparcar la agenda en un sitio muy lejos... Antes de seguir aburriendo a
todo el mundo con el funcionamiento de mi cabeza, y evitando dar información
suficiente como para dar a pensar que
sufro un TOC (¡!) como una catedral de grande, os contaré que fue el hecho de
que el ayuntamiento de Sevilla esté enfrascado en la remodelación intensiva y
pre-electoral de la red de abastecimiento de la ciudad, lo que propició que la
hamburguesería a las que queríamos ir M y yo hace unos cuantos Domingos
estuviera cerrada por falta de agua corriente en la red pública… Dos foodies
hambrientos de carne picada se miraron el uno al otro desde detrás de sus gafas
de pasta de sol, presos del caos técnico del momento y de la hambruna! M, cual
personaje de The Big Bang Theory, hizo el chiste de llamar a la puerta
nombrando el nombre del local insistentemente tras dos knock knock…Pero nada
podía hacerse ya, aquella hamburguesa no iba a ser para nosotros aquel Domingo.
-
Improvisemos – le dije a M – Seguro que
encontramos otro que nos guste para comer y para bloguear!
Era un Domingo soleado y
primaveral, con el centro de Sevilla lleno de gente, sobre todo turistas, y
decidimos poner rumbo a la Giralda, zona guiri y de turisteo por excelencia.
Como ya os he dicho tantas veces, en Sevilla por bares y restaurantes no hay
problema, nunca se acaban!! Si tu plan falla siempre puedes sentarte en
cualquier terraza a picar algo y relajarte viendo al mundo pasar y girar a tu
alrededor. Y eso hicimos. Llegamos a un sitio que se llama Don Juan y nos
sentamos en una mesita en la acera, con la Giralda justo detrás de nosotros,
mientras nos acariciaba el solecito.
El camarero llegó a atendernos y a
tomar nota de las bebidas que queríamos, y M aprovechó para entrar dentro del
restaurante un momento, y yo para hacer fotos!
-
Levántate y vamos a sentarnos dentro – me dijo M
cuando regresó a la mesa.
Que ni solecito, ni ver la vida
pasar, ni gaitas. Que lo que había dentro no era bonito, era lo siguiente!
Y me sentí como Alicia ( en el
País de las Maravillas) cuando entré allí, y ya mi dedo no pudo parar de
disparar fotos por todas las partes.
¿Pero aquí a qué habíamos venido?
¿No éramos dos personas hambrientas que se habían quedado sin hamburguesa???
Camarero la carta por favor!
Para compartir, wok de verduras.
Raviolis para M y risoto para mí. Y mientras tanto, déjenos seguir haciendo más
fotos!!!
Compartido, el pecado es menos
pecado…no?
¡¡Tiramisú, espectacular!!
Acabé el domingo convencida de lo
necesarios que son los arreglos pre-electorales en las ciudades, y como de un
plan trazado con pelos y señales que se va al traste sale otro increíble. Pero
tranquilos, esa hamburguesa de Burguett será nuestra muy pronto!!!
To be continued…
Don Juan
Calle Alemanes, 7, 41004 Sevilla
954 56 32 32
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