Esta mañana he madrugado. Me he
levantado un poco más temprano de lo que suelo hacerlo los Domingos. He ído a
la cocina, y me he puesto mano a la obra: huevos, leche, canela, pan y voilà:
tostadas francesas! Y para adornar, algo de fresas y plátano. Adornamos con un
poco de azúcar glas y listo! ¿Qué más? Ya se, huevos, un poco de mantequilla,
sartén bien caliente y remover sin parar hasta que esté completamente hecho. Luego,
voy cortando un poco de tomate y tostando un poco de pan de centeno ( ¡mi
favorito!) y lo rocío con aceite de oliva. Y para beber, un English Breakfast
Tea. Un poco de naranja natural para añadir al té, preparo los cubiertos y la
servilleta ( de tela, que es una ocasión especial!) y fín. Miro la bandeja y no
puedo evitar hacer una foto con mi teléfono, ha quedado tan bonito! ¡A mamá le
va a encantar!
¿Habíais pensado que era para mí
verdad? ¡Qué más quisiera yo! Pero no debo pegarme esos atracones por la
mañana, y menos ahora que voy mejorando. Cojo la bandeja y me marcho. Entrega a
domicilio.
Una de las ventajas de seguir
teniendo llave de casa de tu familia aunque ya no vivas allí es que puede
colarte la mañana del día de la Madre, antes de que se despierte nadie, y dejar
la bandeja con el desayuno en la mesa de la cocina. Y volver a salir sin hacer
ruido.
Me sentí un poco como la mañana
del 6 de Enero, no lo pude evitar. Y empecé a pensar en la cara de mi madre
cuando se levantase un rato después y se encontrara todo preparado en la cocina…!
Realmente ella y yo, solemos hacer la una por la otra pequeñas cosas del estilo
de esta, en cualquier momento del año. Son ya muchos años juntas y nos
conocemos bien. Tengo un amiga que me dice a menudo, que por las cosas que le
cuento, se nota que mi madre y yo tenemos un rollo especial. Yo no digo nada,
pero quizás sea que ella para mí ha sido siempre mucho más: hace de la hermana
mayor que ninguna primogénita ( ni hija única) puede tener, de amiga fiel
cuando las del mundo real fallan, hace de doctora especialista de males que
sólo me afectan a mí, y de hada madrina cuando el mundo se vuelve cruel. Y lo
que para mí es más valioso, me hace crecer todos los días, me sigue enseñando
donde siguen estando los límites aunque yo me haga mayor.
Así que, aunque realmente para mí
siempre lo es, felíz día mamá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario