domingo, 29 de noviembre de 2015

Brunch para 2


A estas alturas de la película, me imagino que todos los que os movéis en universos donde  la comida constituye una parte fundamental de la vida, estaréis familiarizados con ese término que es “brunch”. Pero por si hay alguien que acaba de llegar, yo se lo cuento.

Un brunch es cuando te levantas a una hora en la que ya es tarde para desayunar, pero aún es pronto para almorzar. El café de la tarde con amig@s para comentar los detalles y cotilleos de lo noche anterior también queda infinitamente lejos. Y hay hambre… Pues alguien pensó que la solución a este gran dilema de la vida era sentarse a la mesa allá por las 11:30h para hacer una comida que fuera mitad desayuno-mitad almuerzo. Y asunto arreglado. Y los restaurantes encantados.

Con respecto al término, yo no tengo ningún problema en llamarlo desayuerzo, pero he de reconocer que a los yanquis el marketing se les da muy bien, y que brunch suena mejor.
 

Cuando se escribe un blog como este, cuya base es la comida, y casi siempre comida que implica salir por ahí a descubrir sitios y zampar, es cuestión de tiempo que la vida real llame a tu puerta y te recuerde que eso no es real siempre a todas horas. Que también hay un montón de mañanas de sudadera, leggins, sofá y que son precisamente esas mañanas en casa las más geniales para hacer un brunch.
 
 

Lo bueno de estos brunch, es que la imaginación no conoce límites y casi cualquier mezcla está permitida, así que todos a la cocina!!

 

A M y a mí, unos buenos huevos revueltos con bacon no nos los quita nadie! El secreto para nosotros está en freir bien el bacon antes, y que quede crujiente. Hasta entonces, prohibido añadir los huevos. Y a remover bien todo luego!

 
 

 
 

 
 
 

 

Tostadas…?
 
 

 

 

Y por qué no minipizzas???
 



 
 

 

 

Y aquí cada uno que elija los ingredientes que quiera, pero os recomiendo muy mucho que no falte la mezcla de al menos dos tipos de quesos.

 

En el salón, donde habíamos dispuesto la mesa, alguien se atrincheraba y escondía para no ser visto mientras esperaba que algo del festín fuera también para él.
 
 
 
 

 

Patatas fritas, con la salsa que más os guste, o sin ninguna salsa. Zumo, porque ningún brunch está completo sin alguno.
 
 


 

 


 
 

 

Fruta, imprescindible, y si es rollo tropical como esta papaya, mejor aún! Aviso a navegantes, la papaya tiene una sabor muy suyo, o la amas o la odias!
 
 

Tostada con aguacate y tomate, y pan de centeno, mi favorito desde tiempos inmemoriales.
 

 
 
 

 

Y burbujas, burbujas siempre.
 



 
 
 

 

Repito que hay tantos tipos de brunchs como tipos de personas, así que además de las ideas del nuestro el pasado Domingo, os dejo estos dos enlaces para que lo comprobéis foto a foto, y vayáis cogiendo ideas para el vuestro.


 


 

¡Buena digestión a todos!
 
 

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