martes, 31 de mayo de 2016

La Campana


Como habréis visto a lo largo de los dos años de vida de este mi blog ( y si os dais un paseo por el centro de Sevilla también os daréis cuenta), los restaurantes cuquis florecen por doquier. Se han puesto de moda y la gente, tanto sevillanos como visitantes, está encantada. Tapas y raciones curradas, con ingredientes habituales mezclados con maestría con otros novedosos para nuestro paladar, precios razonables y aforo más bien mediano que impide que se llene como un estadio de futbol. En alguno de ellos, incluso hay que hacer cola un sábado por la noche! Me ocurrió precisamente la semana pasada mientras visita un sitio por primera vez para contaros luego todo aquí en el blog.

Yo me incluyo en esta masa de gente que va a comer y a cenar a foodie lugares de este tipo, pero de vez en cuando me gusta pasarme por alguno de los clásicos. Por uno de esos sitios que siguen en pie, generación tras generación, contra viento y marea.

Como la confitería La Campana
 
 

 

En pie desde 1885, en el número 1 de la calle Sierpes. Más castiza no se puede, aunque en Sevilla no hay nada imposible.
 
 

Su ubicación es perfecta para sentarse en las mesas que tienen fuera, y ver a la gente pasar mientras se merienda uno de sus exquisitos pastelitos.
 
 

Dentro es como un antiguo y elegante despacho de dulces, que hará las delicias de los que les guste la decoración con un punto retro, a lo hace-un-par-de-siglos-atrás.
 




 

 

Todo lo que comeréis aquí es fabricación propia de la Confitería la Campana en su obrador, hecho por artesanos. Nada es envasado, ni congelado, ni nada de eso. Es cien por cien de verdad.

¡ Y hay variedad de sobra!
 


 









 
 

 

M y yo estuvimos curioseando entre pastelitos de todos los sabores y colores y el olor a café recién hecho, y nos quedamos a merendar allí.
 
 

Café y batido de vainilla
 
 

 

 

Palmera de huevo para M
 

 

 

Crujiente y azucarada como debe ser

Y muffin de chocolate para mi
 
 

 

 

Porque los clásicos también saben reinventarse y adaptarse a los tiempos modernos, donde las magdalenas, ya no son magdalenas…

…pero el toque de la casa es innegable e intocable, con esta preciosa presentación.
 
 
 
 
 

 
 

Riquísimo, con sabor a chocolate negro, y con textura de recién hecho.
 
 

 

¿Lo clásico y lo moderno pueden convivir? Yo creo que si, simplemente es cuestión de no quedarse atrás unos, y de participar otros de todo lo que hay alrededor.  Todo sigue teniendo su encanto, nada envejece nunca del todo.

 

LA CAMPANA

Calle Sierpes 1-3, Sevilla

Tel:  954 22 35 70

No hay comentarios:

Publicar un comentario