lunes, 19 de marzo de 2018

Castizo




Me acuerdo de un anuncio de Vodafone, uno de hace ya muchos años, que decía: ¿Recuerdas cuando la palabra Q tenía tres letras?

Era por aquel entonces el boom de los sms en los teléfonos móviles. Los famosos 160 caracteres ( que realmente nos entrenaban a fondo para lo que nos vendría con Twitter) a los que había que sacarle todo el partido posible, comunicando lo máximo mientras escribías lo mínimo. En mi caso diré, que dicha filosofía de escritura se hizo extensible a todo lo que escribía, especialmente ( y por motivos obvios) a todo lo que escribía en las clases de la universidad. Y sí, la palabra Q perdió dos letras.

Esa nostalgia que se utiliza tan a menudo en publicidad… Ese sentir que te tiran del brazo y que te dicen: Párate y mira hacia atrás, algo ha cambiado y no te has estado dando cuenta… Trucos viejos, como el carrousel  de diapositivas al que Don Draper dedica un monólogo demoledor y sin rival en la serie “Mad Men”, que a mí siempre me atrapan y me dejan pensando. No es hasta que nos encontramos de bruces con algún elemento del pasado, cuando caemos en la cuenta de que todo se ha estado moviendo, todo el tiempo, nosotros también, perdiendo algunas cosas y ganando otras.

¿Recordáis a dónde íbamos a comer antes de que todo cambiara? Antes de que hubiera foodie lugares de diseño para todos y por doquier, antes de que fuera misión imposible encontrar mesa sin reservar para almorzar un Domingo. ¿Salíamos menos? ¿Comíamos y cenábamos en casa? ¿Íbamos más al burguer, al chino y a comer kebabs? Si os cuesta trabajo recordar, os diré que no sois los únicos.

Sin embargo, al contrario de esa sensación de cualquier-tiempo-pasado-fue-mejor que se nos queda en el cuerpo tras escuchar al señor Draper en aquel capítulo de Mad Men, he de confesar que me gusta descubrir foodie lugares que me hagan las veces de anuncio de publicidad y me  hagan tener consciencia de que las cosas han cambiado mucho, pero para mejor por una vez.







Castizo es uno de esos lugares en los que nada más sentarte a la mesa, te preguntas ¿Dónde estaba este lugar? ¿Por qué nadie lo ideó antes? A medio camino entre cocktelería y restaurante, con espacio de sobra alrededor para que la imaginación vuele y pensar que a altas horas seguro que la gente se levanta y se pone a bailar ( ya os digo, que mi imaginación es muy libre), es un sitio donde la sensación de que vas a pasarlo bien te invade desde que cruzas su puerta.





Podréis escoger entre muchos platos exquisitos de una carta que se nota que han cuidado mucho, y en la que han tratado de actualizar ( pero lo justo) la comida de siempre.


Croquetas



Ya sabéis que me pierden. Que aunque mis favoritas son las de pescado, me las como todas! Y están eran totalmente caseras, de pollo, y de diez.








Paella



Con sabor a fín de semana, a domingo con la familia o a chiringuito de la playa. Con tinta de calamar, para mezclar el negro con todo y hacer un pequeño lienzo de plato, que la comida nunca fue pensada como algo aburrido!












Corvina con salsa tártara ( para mí, desde siempre, la salsa de Homer Simpson y los palitos de pescado…)







La salsa estaba muy rica, y eso que a mí el sabor de las  alcaparras no me suele atraer demasiado!



Ningún tiempo pasado fue necesariamente mejor si no queremos, si fabricamos algo bonito a nuestro alrededor. Las letras de las palabras no desaparecen alegremente por el camino, dejamos de escribirlas para hacerle sitio a todo lo bueno ( y exquisito)  que queda por venir.




 Bar Castizo 
DirecciónCalle Zaragoza, 6, 41001 Sevilla